Documentamadrid’16 (I)

 POSTER A0 En su 13ª edición, Documentamadrid consolida el modelo que de unos años para acá parece imponerse. Atrás quedan aquellas ediciones mastodónticas donde no solo había varias secciones competitivas sino multitud de secciones paralelas que hacían inabarcable su programación. Esta última edición, que centraliza sus proyecciones en las salas de Matadero Madrid, como es habitual en los últimos años, nos trae dos secciones oficiales a concurso (largos y cortos) más la sección Panorama, dedicada a documentales de producción nacional y que, como novedad de este año, también es competitiva. Las secciones paralelas incluyen una retrospectiva dedicada a Carlos Saura y sus documentales “musicales” además de la interesante muestra 1936-1939 La guerra filmada que hará dialogar largometrajes de ficción y documentales sobre la Guerra Civil española en un ciclo que se proyectará en el Cine Doré, sede de Filmoteca Española.

  La sección oficial de largometrajes a concurso se abrió con The land of the enlightened (Pieter-Jan De Pue), que nos sitúa en Afganistán en los momentos previos a la retirada de las tropas norteamericanas instaladas allí. La película tiene como hilo conductor a un grupo de niños “guerrilleros” que viven del asalto a convoyes queThe Land of the Enlightened recorren las rutas comerciales del país. El film mezcla la realidad con elementos poéticos y legendarios que le dan al film un tono narrativo de cuento oriental. El problema es que su director (fotógrafo durante ocho años en Afganistán) parece más preocupado por crear imágenes estéticamente bellas, propias de un anuncio de agencia de viajes, que de indagar (porque no quiere o no puede) en los problemas y conflictos del país, valiéndose para ello de toda una batería de tics (ralentís, aceleración de la imagen, planos generales de la grandiosidad de la naturaleza, planos de grúa que parecen coreografiados, cámara móvil y nerviosa en los momentos de tensión) que le restan verdad a las imágenes. Una película que acaba mostrando una visión occidental tópica y manida que impacta (pero no molesta), ajena a cualquier profundización.

 AGA_RE_Turkey_1966_02_300dpi A good american (Friedrich Moser) es la demostración de que el 11-S y sus secuelas siguen generando relatos tanto de ficción como documentales. La película se centra en Bill Binney, antiguo analista de datos de la NSA (la agencia nacional de seguridad estadounidense), creador de un sistema de rastreo de datos barato y eficaz, que junto a su equipo de colaboradores fue apartado de la agencia por intereses no solo económicos sino políticos, pocos días antes del terrible atentado. Las imágenes de un Whasington nocturno junto a una música altisonante nos remiten a las atmósferas de un thriller político y conspiranoico sobre el control al que somos sometidos los ciudadanos. Un film que queda cojo en su investigación; su director solo cuenta con el testimonio de los afectados y el espectador debe creer (o no) su versión sin poder contrastarla. Esa falta de réplica hace que en ocasiones la película se vuelva maniquea o que incluso, en algunos pasajes, podamos pensar que estamos ante un falso documental, que por otra parte, no deja de ser muy convencional en sus formas y sus modos.

  Con Les Sauters (Moritz Siebert, Estephan Wagner y Abou Bakar Sidibe) llegaba, quizás, la mejor película vista hasta el momento de escribir estas líneas. Estamos en el monte Gurugú, en territorio marroquí frente a Melilla. Los miles de subsaharianos que acampan allí están a la espera de asaltar la valla que separa Marruecos de España y conseguir su sueño de llegar a Europa. La novedad de la propuesta es que quién filma es uno de sus protagonistas (Abou Bakar), al que los directores han entregado la cámara para que registre la situación del improvisado campamento. 5_Looking at Melilla_LES SAUTEURSA través de sus imágenes y sus comentarios en primera persona podemos observar no solo como es la vida de estos inmigrantes sino también los sentimientos de estos hombres “invisibles” para Europa. Además de esto asistimos a la progresiva toma de conciencia como cineasta de su protagonista y su concisa teoría cinematográfica; que dice buscar la belleza de las imágenes o reflexionar sobre como filmar puede ayudar a comprender mejor la realidad. Los contraplanos de esta mirada son las tomas de las cámaras de vigilancia de la Guardia Civil, unos planos en blanco y negro que reflejan a los inmigrantes como pequeñas filas de puntos en la distancia que se mueven por la noche. La mirada europea (informe, lejana, vigilante y fría) frente a la mirada de Abou Bakar (individual, cercana, solidaria, esperanzada pero también llena de miedo).

  WHEN2WORLDSCOLLIDE_MILITIAWhen two worlds collide (Heidi Branderburg y Matthew Orzel) esconde bajo su mensaje ecologista y en favor de los derechos de los pueblos indígenas del Amazonas una crónica (muy bien documentada y atendiendo a todas las voces) sobre las luchas de las organizaciones indígenas (capitaneadas por su líder Alberto Pizango) contra las leyes promulgadas por el gobierno peruano de Alan García que permitían (y permiten) explotar los recursos naturales de la amazonía peruana. Un film que se inicia con unas bellas y poderosas imágenes de la exuberante naturaleza amazónica, pero que en su parte central desarrolla una detallada cronología de los sucesos acaecidos en 2009 que va ganando intensidad hasta que estalla la violencia (que provocó la muerte de indígenas y policías). Sirviéndose de entrevistas a miembros de los dos “bandos”, fragmentos extraídos de los informativos, discusiones en el parlamento e imágenes tomadas in situ por reporteros, el documental va desgranando de manera modélica todos los motivos y consecuencias de la situación. A parte de esto, la película nos descubre como el lenguaje del poder es el mismo en todo el mundo. Un lenguaje que legitima la explotación (humana y de recursos) en nombre de un interés colectivo que no es más que el interés de unos pocos.

  Plaza de la soledad (Maya Goded) es un retrato de una serie de veteranas prostitutas que trabajan en la capital mexicana. Su directora ha convivido con ellas durante veinte años, retratándolas como fotógrafa. Eso le ha llevado a adquirir un nivel de complicidad, de amistad y de respeto hacia ellas que se refleja en una película que nunca cae (ni lo pretende) en la denuncia de la situación, ni en el tema social ni el miserabilismo.SO-PLAZA DE LA SOLEDAD-PHOTO-Angeles baile El film ordena su material filmado a través de una estructura no lineal que va de una mujer a otra tratando diferentes temas La mirada frontal las muestra tal como son, como mujeres que son madres y abuelas (a las que va dedicado el film), personajes heridos desde la infancia que buscan, como todos, el amor y la felicidad. La directora extrae una singular belleza (interna y externa) de esas mujeres luchadoras que han aprendido a vivir sin ayuda de nadie. “¿Quién te enseñó?”, le pregunta la directora a una de las prostitutas, “Una se enseña sola”, le responde la mujer.

  UnderTheSun_still05Under the sun (Vitaly Mansky) se inscribe dentro de la serie de documentales y reportajes televisivos que últimamente han tratado de reflejar el mundo cerrado y opaco de Corea del Norte. El director ruso viaja a Corea para rodar un documental sobre una niña que ingresa en una de las organizaciones infantiles coreanas. El guion, las localizaciones, los actores y cada uno de los planos han sido “sugeridos” y autorizados por el gobierno de Corea para que reflejen la visión idealizada y falseada de un mundo perfecto gracias al trabajo de sus líderes y fundadores del país (Kim Il-Sung y Kim Jung-Il, omnipresentes en forma de retrato o cita a lo largo de todo el metraje). Lo más interesante del film es que su director no solo filma esa película sobre la niña sino que también recoge imágenes de lo que sería su making of y es ahí donde se abre una pequeña (mínima diríamos) rendija por donde poder observar algo de la verdad de ese país. Mansky se acerca con primeros planos a los rostros de actores y figurantes en busca de algún gesto verdadero, que no sea impostado y falso (como reclama la oficialidad) y a veces lo logra. Entre tanta perfección y rigidez se cuelan imágenes lejanas donde podemos intuir mínimamente la verdadera vida de un pueblo sometido a las “fantasías” del gobierno. Frente a un pueblo colectivizado donde no existe lo individual, la película busca en los rostros de los individuos una mirada, un gesto que rompa la férrea barrera que separa a Corea del Norte del resto del mundo.

Continuará…

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